Muchas veces nos definimos como
aficionados a la MTB.
Si entendemos el significado más olvidado de la palabra
afición que proviene del francés, que a su vez nace de la raíz de la palabra en
latín, la cual significa "amar a" o "el amador de"; un aficionado
puede ser tan hábil como un profesional, sin embargo su motivación es el amor o
la pasión por una cierta actividad y no tiene el fin de ganar dinero por
realizarla.
Y a qué viene todo este rollo,
bueno, el tema es que me apetecía explicaros porqué se me ocurrió apuntarme a
un duatlón hace relativamente poco y el origen de esta historia radica en eso,
en la falta de motivación, que no de afición.
No sé si os pasa también a
vosotros, pero hay determinadas épocas del año que por diferentes razones no te
apetece tanto hacer deporte, no te apetece salir en bici, no te apetece mover
del sofá… y en mi caso esto coincide siempre con el mes de septiembre.
Llega septiembre, el inicio del
curso y el trabajo, las fiestas patronales de mi pueblo, las del pueblo vecino,
los Pilares y buf! Un estrés que no me deja ver más allá de las comilonas y las
trasnochadas.
Siempre he pensado que lo que nos
mueve a llevar a cabo lo que nos viene en gana es la motivación y que ésta no
llega sola, hay que provocarla. Ahí es donde quiero ir a parar.
Las pasadas fiestas de La
Almunia, y después de charlar con algunos socios del club sobre correr, ir en
bici, actividades paralelas y complementarias va alguien y me dice:
-
Nos hemos apuntado unos cuantos al duatlón de
Perdiguera, anímate! o lo que es lo mismo: "No hay huevos"
Ahí queda eso. Me pasan el enlace
de su web, miro distancias, recorrido, desniveles, tiempos de años anteriores,
imágenes, videos, participan chicas y chicos, bueno me está empezando a picar
la curiosidad, un par de whats apps, para acabar de motivarme y me apunto.
A los pocos días empiezo a hablar
con compañeros del club que me van explicando cómo entrenar qué hacer, que si
series, que si “farteck”, complementos vitamínicos, un sinfín de historias.
Todo me parece un poco complicado, me que quedaba un mes, cuatro semanas para
ponerme en marcha, no tenía ni zapatillas para correr!
Pero ese fue el desencadenante, sin
comerlo ni beberlo la falta de ganas, la falta de motivación había
desaparecido, solo quería llegar a casa para ir a correr o que llegará el fin
de semana para salir con la bici.
Se fue acercando la fecha y
estaba realmente animada, tanto que me acerqué con David a ver el recorrido de
la prueba y a hacer una pequeña prueba de cómo podría ser la historia, una
sesión de reconocimiento como decían los organizadores.
El día del duatlón nos acercamos
hasta Perdiguera seis socios, compañeros del club de Ricla y algún compañero
más de Calatayud. No era una prueba difícil, 5kms corriendo, 18 en bici y 2’5 kms más a pie. Las chicas salíamos
primero (que ilusión había unas 35, acostumbrada a no ver a muchas) y cinco
minutos más tarde salían los chicos.
La verdad es que en la salida
había un ambientazo, gente por todos los lados, un speaker dándolo todo, padres
y madres animando a los infantiles que participaban antes, bueno, algo que
hacía días que no veía.
Llegó el momento, el primer tramo
a pie, era un poco aburrido, además lo de correr está bien, pero me gustan más
las ruedas! Me iban adelantando las chicas y yo no hacía otra cosa que
repetirme, una y otra vez, no es cómo se empieza, es cómo se acaba,
tranquila, no te piques, tu objetivo es acabar.
Llegamos al tramo de la bici, ahí
mucho mejor, un recorrido sencillo, poca pendiente y dando pedales todo el
rato. A medida que iba avanzando la prueba me iban adelantando los compañeros
del club animándome y la verdad es que encantada de la vida, sentirse arropada
es estupendo! La gente que estaba en la prueba iban animando a todos los
corredores y ciclistas y la sensación era estupenda, ya no me acordaba.
Ah! Qué bonito hasta aquí, pero
llegaron los últimos 2,5 kms, y esos que malos fueron! A pesar de que me habían
prevenido y que podía imaginarme cómo serían… fueron peores todavía, pero…
ACABÉ, no me paré y llegué a la meta encantadísima de la experiencia. Tanto que
me propuse que no fuera el último duatlón que hiciera.
Y es que todo es encontrar esa
motivación.
Feliz Navidad!
Judit
Por distintos motivos!