jueves, 11 de octubre de 2012

RETO MONCAÍNO

El verano de 2004 fue para mí uno de los mejores en cuanto a rutas BTT se refiere. Subí por primera vez con la bici a la cima del Moncayo, completé la Calcenada, a ritmo alegre, con mi compañero Raúl Lorente y por último, llevé a la realidad un reto que tenía en mente desde los tiempos del equipo Ingenieros La Almunia, en mi época universitaria. Ese reto, no era otro, que unir en una ruta, las dos sierras que más representan las vueltas en bici que podemos hacer en nuestra comarca, Algairén y Vicor. Una vuelta que, en los tiempos en los que mi GPS no marcaba altimetrías, superó los 3500 metros de desnivel en menos de cien kilómetros. Una ruta que bautizamos como las 4 Cimas: Pico del Rayo, Repetidor de Valdemadera, Collado La Hermana y Collado del Buitre o Juan Fernández. Una ruta que combinó pistas y senderos y que puso fin a una época, la época de las rígidas.


Mapa del recorrido de las 4Cimas Vicor-Algairén


En septiembre de 2004, adquirí una bici que supuso para mi una auténtica revolución. Una bici que combinó la polivalencia al máximo. Cambiando un poco el sag de su amortiguador podías hacer de la Blur, una bici de rally o bien, convertirla en una endurera light, con un sistema de suspensión que, a día de hoy, sigo disfrutando en mi Nomad.

La última foto a mi querida Santa Cruz Blur: la foto de su venta

Ocho años de rutas después y tras combinar la Blur con bicis de enduro, llegó la hora de decidir qué bicicleta iba a sustituirla y tras meditarlo mucho tiempo, la respuesta vino después de probar de nuevo una rígida. La moda de las 29 me había picado y, por otro lado volver a las rígidas me permitía poder combinar las rutas pisteras de rally con las cada vez más endureras en la Nomad. Dos bicis iban a ser la solución para abarcar mis gustos bicicleteros y la rígida elegida iba a ser una Stevens Sonora Es. Una 29er que en relación calidad-precio está muy bien posicionada con respecto a la competencia, con un peso muy contenido, unas buenas ruedas y una buena horquilla, con el XT que tan bien siempre me ha funcionado.



Del verano de 2004 al vivido este año, he vuelto a disfrutar de aquellos buenos momentos de las rígidas. Han sido muchos kilómetros pisteros de muchas rutas, en las que los piques en cada subida eran constantes aunque con una gran diferencia. Ahora los he vivido solo, la 29er ha sido mi bici para mis salidas en solitario, desde casa, sin aproximaciones en coche y sin mucho sendero. En estas salidas enseguida apareció en mi cabeza un nuevo reto como el que había sido las 4 Cimas. Una ruta que, conforme avanzaba el verano, me fui planteando cada vez que veía la espina dorsal que formaba las sierras de la ibérica desde Algairén hasta el Moncayo.

El Moncayo siempre ha sido para mí una montaña especial. Nunca me canso de subir a su cima ya sea andando o en bici endurera, por ello, me planteé como reto ir hasta la cima del Moncayo desde casa, enlazando nuestras rutas con la cima del Sistema Ibérico. Salir desde La Almunia a 365 m y alcanzar la cima con sus 2313 m. La idea inicial fue coronar y bajar hasta el Monasterio de Veruela para de nuevo volver a casa en coche. Combinar rally hasta el Moncayo y cambiar a la bici de enduro para hacer el descenso por la normal que tanto me gusta. Sin embargo, tras estudiar un poco la ruta y conocer de lo que es capaz una 29" por pista abierta, me decidí a plantear la ruta de ida y vuelta. 


Mapa del recorrido La Almunia-Cima del Moncayo-La Almunia

La idea era unir en la ida, La Almunia y la Tonda de la manera más energética posible, esquivando la Sierra de Nava Alta para evitar perder metros de desnivel. Por ello, en el recorrido me decidí por dejar Rodanas al este y llegar al collado más famoso de la Calcenada lo más fresco posible. Desde allí, un recorrido de ida y vuelta me permitiría alcanzar la cima de La Lobera y San Miguel, no sin empujar un buen trecho la bici, para después deshacer mis pasos en busca de la localidad de Tabuenca y el Santuario de Rodanas. Sobre el papel y compegps la cosa no parecía difícil. 155 km y unos 3500 metros de desnivel serían suficientes para este reto. 
Cuando ya tenía decidido acabar el verano con esta ruta ocurrió lo peor. El incendio iniciado en el barranco de Valdeplata arrasaba en tres días más de 4500 ha, englobando gran parte del recorrido diseñado, lo que me hizo pensar en seguir o no con el plan previsto.

El frente del fuego avanzando hacia las Peñas de Herrera tras más de 24 horas de incendio

Tras meditarlo, la decisión fue seguir adelante y fijar una fecha en el calendario. Una fecha que me obligase a "entrenar" y a reservar un día de Pilar para acompañarme con el pequeño Vitara durante parte del recorrido y hacer de avituallamiento móvil, ya que la ausencia de fuentes  hacía inviable ir por mi cuenta. 


Bien temprano iniciamos la ruta por La Nava de Ricla rodeando el Cabezo Redondo

                                 Al fondo, La Buitrera de Valdearcos en el Santuario de Rodanas



Los kilómetros por el término de Mesones de Isuela y Tierga transcurrieron a buen ritmo. El terreno se daba al plato grande y los kilómetros pasaban sin pesar.


Al aproximarnos a La Tonda lo hicimos también al perímetro del incendio del verano en Aragón. Primero monte bajo y rastrojos pero enseguida, carrasca y coscoja.




Pedalear por terreno calcinado y habiendo sentido, días antes, la impotencia del avance del fuego, es algo difícil de explicar con palabras. Todos aquellos que disfrutáis con la Calcenada veréis en su último tramo un paisaje diferente pero que sin embargo y a los pocos días la vida parece volver.


A las, poco más de, dos horas alcanzaba el límite del Parque Natural del Moncayo y con ello me despedía de Pilar quien tendría que esperarme unas tres horas, al no poder acceder con el coche por las pistas forestales del parque. Me tocaba cambiar de zapatillas y cargar la mochila con ropa de abrigo y algo de comida para subir los mil metros de desnivel que me separaban de la cima.


La pista rodea La Tonda y permite darse cuenta del gran trabajo llevado a cabo por todos los medios de extinción que intervinieron en el incendio. El entorno que rodea la localidad de Talamantes fue salvado y pocas hectáreas de pinar fueron arrasadas por las llamas.


Alcanzo el Collado del Campo,  las Peñas de Herrera, El Morrón... resulta extraño pedalear por esta pista viniendo desde casa. En el Collado de La Estaca paso enseguida por la entrada al barranco del Horcajuelo y que tanto me gustó en la bajada que hice con Manolo hace unos meses.


Pasado el cruce de pista que desciende a Beratón, mi cuentakilómetros marca 70 kilómetros, comenzando la pista que permite alcanzar la cabecera del barranco de Valdealonso y que me cuesta más de lo previsto. Varias veces le doy a la maneta del pulsador de piñones buscando una corona más. Me niego a meter el pequeño. En todo el verano no lo he necesitado por pistas, pero hoy, el chivato del pajarón se ha encendido en mi cerebro. Sufro mucho y por un momento pienso si esto no es una auténtica majarada sabiendo que ahora viene lo duro.


Antes de abandonar la pista me zampo toda la comida que he echado en la mochila. Engullo las barritas energéticas y un plátano como si de auténticos manjares se tratase. Ahora viene lo gordo, la pista acaba y solo una trocha de pista sube 500 metros de desnivel de golpe hasta alcanzar el vértice de Lobera. Una subida que ya conozco bien y que siempre he peleado con la bici de enduro pero que en rígida se hacen penosos. Me toca empujar y a buen ritmo pues la inocente nube que se eleva dos mil metros sobre el Campo de Borja comienza a crecer y a tronar a lo lejos.
A ratos pedaleo y a ratos empujo, charlo con unos catalanes en Lobera e inicio la bajada hacia la subida a San Miguel. De nuevo empujo pero ya cuando la cima es visible la subida es totalmente ciclable.


Kilómetro 75 de la ruta y cima del Moncayo. El pajarón me ha retrasado bastante y al sur veo que la tormenta ya está descargando por La Tonda. Intento avisar a Pilar de mi retraso pero no tengo cobertura de movistar. Por suerte, una pareja de vascos me presta su móvil para hacer la llamada y me hace la foto de cima.

De Reto Moncaino


Retomo mis pasos y comienzo la bajada. El agua no tarda en alcanzarme y en La Lobera el estruendo de los rayos me recuerda que todavía me encuentro por encima de los 2000 m.

De Reto Moncaino


La bajada se hace muy trabada. Bajo ligero pero sin cometer errores que rajen las cubiertas de rally. Un terreno sencillo se hace complicado por lo resbaladizo de las piedras y enseguida echo de menos una doble para estos lares.

De Reto Moncaino


Por una vez me alegro de salir a la pista, aunque ahora sí, la lluvia cae fuerte y el termómetro se desploma. Me lanzo pista abajo y maldigo los toboganes de subida que tan bien me habían venido en la ida. Voy pajarónico y sólo pienso en comida.

De Reto Moncaino


Al llegar de nuevo al coche, Pilar me prepara un buen avituallamiento. Sin duda el mejor que puedo esperar porque hoy si que lo necesito. Estoy en el km.100 de ruta y lo más duro ya está hecho.

De Reto Moncaino


Tras la recuperación continuo el descenso acompañado de Pilar con el Vitara. Atravesamos más zona quemada y pistas mezcladas de ceniza y polvo por el paso de las autobombas forestales.

De Reto Moncaino


Alcanzamos la localidad de Tabuenca y ponemos rumbo a mi querido Santuario de Rodanas.

De Reto Moncaino


Quedan dos pequeños collados, Aguaviva y Monegré, que son poca cosa pero que hoy se van a hacer duros al haber superado ya la cifra de 3000 metros de desnivel acumulado.

De Reto Moncaino


De Reto Moncaino


Tras Monegré sólo queda bajar y enlazar con el itinerario de ida en Cabezo Redondo. Atravesar Ricla y de postre la subidita de Grío que esprinto en una mezcla de sufrimiento y alegría

De Reto Moncaino


Un reto que acaba, al igual que un verano que, como el de 2004, no olvidaré.
Gracias a Pilar por acompañarme por cerca de 100 km de pistas y aguantarme en este reto personal.

Adán Martínez


9 comentarios:

  1. El Gobierno está estudiando el ponerte a ti a tirar de la flota de vehículos oficiales. ¡Animalico estás hecho! Felicidades por otro reto...¡SUPERADO!

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  2. Cuando la ilusión de un amigo se ve colmada, también para mi es motivo de alegria, este verano trajo unas cuantas. Bravo titan!!

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  3. Pero qué bestia eres, Adán. No te conformabas con una vueltecica por la Plaza del Pino, no, tenías que pegarte semejante pechada de kilómetros y desnivel para quedarte a gusto. Pues... ¡¡enhorabuena!!

    Un saludo y sigue contándonos cosas como esta.

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  4. Sí señor!
    Me habías contado algo pero ahora sí que lo he visto bien...



    Un abrazo

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