lunes, 22 de octubre de 2012

Más allá de la comarca...

Un poco en broma un poco en serio, me he ganado el mote de Hobbit, sí como el del "Señor de los anillos", no me gusta mucho salir de la Comarca, pero cuando lo hago... no volvería. Leer las crónicas de Adán, Lorenzo, Javito, Huesi, Manolo... y, sobretodo, ver esas imágenes que cuelgan en el blog hace que ser un Hobbit no sea atractivo y que a veces me haga plantear estos miedos estupidos. Pero bueno, al grano. Este verano y muerta ya de envidia cochina, nada sana, le propuse a Adán y a Pilar que nos sacaran de la Comarca, parece que acompañada me siento más tranquila. El hecho es que, como a esta pareja todo les va bien y son tan voluntariosos, no dijeron que no y decidimos que iríamos un fin de semana a realizar una ruta por Benasque. Así que todo preparado. Como no teníamos furgoneta de las se usan en estas salidas...(así lo hacen los especialistas) compré una tienda de campaña, más mona... 

De Benasque
Después de montar la tienda y redistribuir un poco todo el equipaje inútil que se suele llevar cuando no estás acostumbrado a este tipo de salidas, cogimos la bici y mientras la globera de turno se montaba en las dos ruedas dispuesta a salir ya por la puerta del camping... el profesionalismo atacaba, que si engrasa la cadena, comprueba presión de aire, altura del sillín, el sag... vamos, que menos mal que teníamos a un profesional, porque me parece a mi que el resto hubiéramos salido como si fuéramos en patinete. Ahora sí, después de las comprobaciones rutinarias para algunos y muy extraordinarias para otros, salimos dirección Ballibierna. 

De Benasque

Nada más salir del camping un paisaje bien diferente, agua!!! después de todo el verano sin ver una sola gota... 

De Benasque
El paisaje totalmente nuevo para mi (¿qué pasa? ya he avisado que salgo poco de la comarca), nada que ver con Algairén. Los verdes intensos, laderas por todos los sitios, levantar la vista y ver semejantes montañas, totalmente impresionante. 

De Benasque
La verdad es que la ruta que preparó Adán no era ni mucho menos larga, podía hacerse en un visto y no visto, pero precisamente eso es lo que se debe evitar, cada curva que dábamos, era una nueva imagen que descubrir, una imagen que recordar, una imagen bien diferente, que si una ardilla, que si un salto de agua, que si buf... 

De Benasque
Fuimos parando en todos los rincones, ya sabéis, Hobbit sí, pero Globera más!

De Benasque
Finalmente llegamos al Refugio de Pescadores,

De Benasque
Claro que los habituales en rutas de este tipo no le verán el encanto pero, para mi llegar, sentarnos a comer dos galletas y disfrutar de la tranquilidad y el rumor del agua, como dice el anuncio, no tiene precio. 

De Benasque
De Benasque

Al poco rato de estar allí sentados decidimos empezar a bajar, se ponía el sol y empezaba a hacer pelete. La bajada, pues eso, laaaaaaaaarga. 

De Benasque
Por cierto que bajando me quedé con la imagen de un chaval que no tendría 10 años, subía con su padre y pretendía tirarse por una senda, con una rígida más grande que él, pero con dos... dos buenas razones. Una vez en el camping, ducha con agua caliente, ropa de abrigo y en busca del bocadillo ideal, no sin antes disfrutar de un vino, (que a mi me supo a gloria y que según estos debía ser un poco malote, en un garito dónde lo que más destacaban eran las telarañas). En fin cena estupenda, vuelta por Benasque y a casa, bueno a la tienda. Dormir lo que se dice dormir... será cuestión de pillar el tranquillo al saco y la colchoneta, digo yo. A la mañana siguiente un buen desayuno, desmonte del campamento base y nueva salida. Esta vez el destino era Baños de Benasque y Llanos del Hospital. La primera parte de la ruta común a la del día anterior, pero no por ello menos impresionante. 

De Benasque
Los mismos tonos,

De Benasque
Más agua,

De Benasque

Empezamos a subir, y a descubrir esta zona. La verdad es que pensándolo bien no se parece en nada a Algairén,(esto ya lo he dicho antes) o por lo menos eso me pareció a mi, los árboles, las piedras, el color de la tierra, escorrenteras de agua, no puedo ni imaginar cómo sería cualquiera de las salidas que a veces leo en los blogs de otros, que lástima. 

De Benasque
Bueno que me despisto de la ruta, subiendo, subiendo llegamos a Baños de Benasque, menuda edificación, ahí, en medio del monte... 

De Benasque
Un vistazo rápido y continuamos con la ruta, el destino, Llanos del Hospital. Tramos de subida suaves pero con vistas tremendas, bastante gente y algún que otro ciclista, que casí me comí por ir despistada... 

De Benasque
La verdad que mirará dónde mirará, era para perderse, y además compartía experiencia con Pilar, que para mi fue una alegría. Acostumbrada a ir siempre con "los miércoles al Sol y David. 

De Benasque
Ya llegando vimos una marmota y Adán quiso acercarse a hacerle una foto, bueno la verdad, creo que estaba un poco cansado de tanto rally y vio ocasión de ir campo a través y se lanzó. 

De Benasque

Cuando les ves hacer estas cosillas, se te queda una cara de tonta, que es demasiado. En fin, que hicimos la foto a la cabra y a la marmota. 

De Benasque

No sé que hora sería, pero por fin llegamos a destino. Hacía ya rato que mi estómago pedía auxilio, así que buscamos el mejor sitio y montamos el campamento "comida" je, hasta las tortillas prefabricadas me parecieron ricas. 

De Benasque

y para reposar la comida una buena siesta al estilo lagartija!

De Benasque
Después de un rato decidimos retomar el camino, esta vez todo bajada.

De Benasque

Si normalmente ya disfruto en cualquier ruta, incluso hay algunos que me dicen que tendría que pagar por ir en bici, imaginaros en esta ocasión.
Es una lástima haber descubierto este deporte tan tarde... y no tener el valor de hacer más salidas de este tipo.
Un GRACIAS para David, Pilar y Adán que me convencieron para salir de la Comarca!!!

Judit.

viernes, 12 de octubre de 2012

De visita por Asturias

Como ya hemos disfrutado una cuantas veces de las fiestas del Pilar, este año nos fuimos rumbo al norte para disfrutar de 4 días de puro MTB en compañía de un grupo extraordinario con origen también de otras puntos de la península. Unas foticos para el recuerdo.





















¡Nos vemos en la próxima amigos!



jueves, 11 de octubre de 2012

RETO MONCAÍNO

El verano de 2004 fue para mí uno de los mejores en cuanto a rutas BTT se refiere. Subí por primera vez con la bici a la cima del Moncayo, completé la Calcenada, a ritmo alegre, con mi compañero Raúl Lorente y por último, llevé a la realidad un reto que tenía en mente desde los tiempos del equipo Ingenieros La Almunia, en mi época universitaria. Ese reto, no era otro, que unir en una ruta, las dos sierras que más representan las vueltas en bici que podemos hacer en nuestra comarca, Algairén y Vicor. Una vuelta que, en los tiempos en los que mi GPS no marcaba altimetrías, superó los 3500 metros de desnivel en menos de cien kilómetros. Una ruta que bautizamos como las 4 Cimas: Pico del Rayo, Repetidor de Valdemadera, Collado La Hermana y Collado del Buitre o Juan Fernández. Una ruta que combinó pistas y senderos y que puso fin a una época, la época de las rígidas.


Mapa del recorrido de las 4Cimas Vicor-Algairén


En septiembre de 2004, adquirí una bici que supuso para mi una auténtica revolución. Una bici que combinó la polivalencia al máximo. Cambiando un poco el sag de su amortiguador podías hacer de la Blur, una bici de rally o bien, convertirla en una endurera light, con un sistema de suspensión que, a día de hoy, sigo disfrutando en mi Nomad.

La última foto a mi querida Santa Cruz Blur: la foto de su venta

Ocho años de rutas después y tras combinar la Blur con bicis de enduro, llegó la hora de decidir qué bicicleta iba a sustituirla y tras meditarlo mucho tiempo, la respuesta vino después de probar de nuevo una rígida. La moda de las 29 me había picado y, por otro lado volver a las rígidas me permitía poder combinar las rutas pisteras de rally con las cada vez más endureras en la Nomad. Dos bicis iban a ser la solución para abarcar mis gustos bicicleteros y la rígida elegida iba a ser una Stevens Sonora Es. Una 29er que en relación calidad-precio está muy bien posicionada con respecto a la competencia, con un peso muy contenido, unas buenas ruedas y una buena horquilla, con el XT que tan bien siempre me ha funcionado.



Del verano de 2004 al vivido este año, he vuelto a disfrutar de aquellos buenos momentos de las rígidas. Han sido muchos kilómetros pisteros de muchas rutas, en las que los piques en cada subida eran constantes aunque con una gran diferencia. Ahora los he vivido solo, la 29er ha sido mi bici para mis salidas en solitario, desde casa, sin aproximaciones en coche y sin mucho sendero. En estas salidas enseguida apareció en mi cabeza un nuevo reto como el que había sido las 4 Cimas. Una ruta que, conforme avanzaba el verano, me fui planteando cada vez que veía la espina dorsal que formaba las sierras de la ibérica desde Algairén hasta el Moncayo.

El Moncayo siempre ha sido para mí una montaña especial. Nunca me canso de subir a su cima ya sea andando o en bici endurera, por ello, me planteé como reto ir hasta la cima del Moncayo desde casa, enlazando nuestras rutas con la cima del Sistema Ibérico. Salir desde La Almunia a 365 m y alcanzar la cima con sus 2313 m. La idea inicial fue coronar y bajar hasta el Monasterio de Veruela para de nuevo volver a casa en coche. Combinar rally hasta el Moncayo y cambiar a la bici de enduro para hacer el descenso por la normal que tanto me gusta. Sin embargo, tras estudiar un poco la ruta y conocer de lo que es capaz una 29" por pista abierta, me decidí a plantear la ruta de ida y vuelta. 


Mapa del recorrido La Almunia-Cima del Moncayo-La Almunia

La idea era unir en la ida, La Almunia y la Tonda de la manera más energética posible, esquivando la Sierra de Nava Alta para evitar perder metros de desnivel. Por ello, en el recorrido me decidí por dejar Rodanas al este y llegar al collado más famoso de la Calcenada lo más fresco posible. Desde allí, un recorrido de ida y vuelta me permitiría alcanzar la cima de La Lobera y San Miguel, no sin empujar un buen trecho la bici, para después deshacer mis pasos en busca de la localidad de Tabuenca y el Santuario de Rodanas. Sobre el papel y compegps la cosa no parecía difícil. 155 km y unos 3500 metros de desnivel serían suficientes para este reto. 
Cuando ya tenía decidido acabar el verano con esta ruta ocurrió lo peor. El incendio iniciado en el barranco de Valdeplata arrasaba en tres días más de 4500 ha, englobando gran parte del recorrido diseñado, lo que me hizo pensar en seguir o no con el plan previsto.

El frente del fuego avanzando hacia las Peñas de Herrera tras más de 24 horas de incendio

Tras meditarlo, la decisión fue seguir adelante y fijar una fecha en el calendario. Una fecha que me obligase a "entrenar" y a reservar un día de Pilar para acompañarme con el pequeño Vitara durante parte del recorrido y hacer de avituallamiento móvil, ya que la ausencia de fuentes  hacía inviable ir por mi cuenta. 


Bien temprano iniciamos la ruta por La Nava de Ricla rodeando el Cabezo Redondo

                                 Al fondo, La Buitrera de Valdearcos en el Santuario de Rodanas



Los kilómetros por el término de Mesones de Isuela y Tierga transcurrieron a buen ritmo. El terreno se daba al plato grande y los kilómetros pasaban sin pesar.


Al aproximarnos a La Tonda lo hicimos también al perímetro del incendio del verano en Aragón. Primero monte bajo y rastrojos pero enseguida, carrasca y coscoja.




Pedalear por terreno calcinado y habiendo sentido, días antes, la impotencia del avance del fuego, es algo difícil de explicar con palabras. Todos aquellos que disfrutáis con la Calcenada veréis en su último tramo un paisaje diferente pero que sin embargo y a los pocos días la vida parece volver.


A las, poco más de, dos horas alcanzaba el límite del Parque Natural del Moncayo y con ello me despedía de Pilar quien tendría que esperarme unas tres horas, al no poder acceder con el coche por las pistas forestales del parque. Me tocaba cambiar de zapatillas y cargar la mochila con ropa de abrigo y algo de comida para subir los mil metros de desnivel que me separaban de la cima.


La pista rodea La Tonda y permite darse cuenta del gran trabajo llevado a cabo por todos los medios de extinción que intervinieron en el incendio. El entorno que rodea la localidad de Talamantes fue salvado y pocas hectáreas de pinar fueron arrasadas por las llamas.


Alcanzo el Collado del Campo,  las Peñas de Herrera, El Morrón... resulta extraño pedalear por esta pista viniendo desde casa. En el Collado de La Estaca paso enseguida por la entrada al barranco del Horcajuelo y que tanto me gustó en la bajada que hice con Manolo hace unos meses.


Pasado el cruce de pista que desciende a Beratón, mi cuentakilómetros marca 70 kilómetros, comenzando la pista que permite alcanzar la cabecera del barranco de Valdealonso y que me cuesta más de lo previsto. Varias veces le doy a la maneta del pulsador de piñones buscando una corona más. Me niego a meter el pequeño. En todo el verano no lo he necesitado por pistas, pero hoy, el chivato del pajarón se ha encendido en mi cerebro. Sufro mucho y por un momento pienso si esto no es una auténtica majarada sabiendo que ahora viene lo duro.


Antes de abandonar la pista me zampo toda la comida que he echado en la mochila. Engullo las barritas energéticas y un plátano como si de auténticos manjares se tratase. Ahora viene lo gordo, la pista acaba y solo una trocha de pista sube 500 metros de desnivel de golpe hasta alcanzar el vértice de Lobera. Una subida que ya conozco bien y que siempre he peleado con la bici de enduro pero que en rígida se hacen penosos. Me toca empujar y a buen ritmo pues la inocente nube que se eleva dos mil metros sobre el Campo de Borja comienza a crecer y a tronar a lo lejos.
A ratos pedaleo y a ratos empujo, charlo con unos catalanes en Lobera e inicio la bajada hacia la subida a San Miguel. De nuevo empujo pero ya cuando la cima es visible la subida es totalmente ciclable.


Kilómetro 75 de la ruta y cima del Moncayo. El pajarón me ha retrasado bastante y al sur veo que la tormenta ya está descargando por La Tonda. Intento avisar a Pilar de mi retraso pero no tengo cobertura de movistar. Por suerte, una pareja de vascos me presta su móvil para hacer la llamada y me hace la foto de cima.

De Reto Moncaino


Retomo mis pasos y comienzo la bajada. El agua no tarda en alcanzarme y en La Lobera el estruendo de los rayos me recuerda que todavía me encuentro por encima de los 2000 m.

De Reto Moncaino


La bajada se hace muy trabada. Bajo ligero pero sin cometer errores que rajen las cubiertas de rally. Un terreno sencillo se hace complicado por lo resbaladizo de las piedras y enseguida echo de menos una doble para estos lares.

De Reto Moncaino


Por una vez me alegro de salir a la pista, aunque ahora sí, la lluvia cae fuerte y el termómetro se desploma. Me lanzo pista abajo y maldigo los toboganes de subida que tan bien me habían venido en la ida. Voy pajarónico y sólo pienso en comida.

De Reto Moncaino


Al llegar de nuevo al coche, Pilar me prepara un buen avituallamiento. Sin duda el mejor que puedo esperar porque hoy si que lo necesito. Estoy en el km.100 de ruta y lo más duro ya está hecho.

De Reto Moncaino


Tras la recuperación continuo el descenso acompañado de Pilar con el Vitara. Atravesamos más zona quemada y pistas mezcladas de ceniza y polvo por el paso de las autobombas forestales.

De Reto Moncaino


Alcanzamos la localidad de Tabuenca y ponemos rumbo a mi querido Santuario de Rodanas.

De Reto Moncaino


Quedan dos pequeños collados, Aguaviva y Monegré, que son poca cosa pero que hoy se van a hacer duros al haber superado ya la cifra de 3000 metros de desnivel acumulado.

De Reto Moncaino


De Reto Moncaino


Tras Monegré sólo queda bajar y enlazar con el itinerario de ida en Cabezo Redondo. Atravesar Ricla y de postre la subidita de Grío que esprinto en una mezcla de sufrimiento y alegría

De Reto Moncaino


Un reto que acaba, al igual que un verano que, como el de 2004, no olvidaré.
Gracias a Pilar por acompañarme por cerca de 100 km de pistas y aguantarme en este reto personal.

Adán Martínez