Cuando el termómetro alcanza los 38ºC a la sombra en el valle del Ebro, nada mejor que subirse al pirineo y disfrutar de la frescura de sus ríos y la sombra de sus hayedos.
Tramo de ida y vuelta y nos asomamos hacía Ordiso, en donde el gigante Vignemale asomaba entre las nubes que enseguida comenzaron a precipitar.
Vuelta para el coche y con la piel de gallina por la frescura de las temperaturas que no pararon de subir hasta La Almunia. Torla 23ºC, La Almunia 39,5ºC... Menos mal que España ganó esa misma noche y a más de uno se le olvido semejante ola de calor.
Este domingo le toco a Torla y por fin pudimos recorrer una sencilla ruta por el valle de Bujaruelo. Precioso valle que al contrario que Ordesa no se encuentra vetado a la BTT, y que incluso debería tener más regulación en el acceso a San Nicolás, porque el sin cesar de coches subiendo y bajando por la pista de tierra desmerecen la primera parte de la ruta.
Salimos desde Torla y pronto nos desviamos por el puente de los Navarros en dirección a San Nicolás. La subida es suave y sólo los coches, y que alguno cree estar en un rally de tierra, nos fastidiaron un tanto la marcheta. Una vez allí y pasada la cadena todo cambia y ni siquiera la dura subida al refugio de Otal lo es tanto cuando se acompaña de semejante paisaje.
Tramo de ida y vuelta y nos asomamos hacía Ordiso, en donde el gigante Vignemale asomaba entre las nubes que enseguida comenzaron a precipitar.
Vuelta para el coche y con la piel de gallina por la frescura de las temperaturas que no pararon de subir hasta La Almunia. Torla 23ºC, La Almunia 39,5ºC... Menos mal que España ganó esa misma noche y a más de uno se le olvido semejante ola de calor.
San Nicolás de Bujaruelo