Hacia años que no recorría estas recónditas pistas y la salida mensual del club me iba a recordar los años del equipo de competición de la
EUPLA. Entonces el mapa y la orientación nos permitieron conocer estos rincones y ahora de la mano del GPS, ya no hay dudas y sentado tranquilamente en casa podemos ver las pistas, sendas, y trazar y dibujar todo a nuestro antojo. Lo que no cambia es la ilusión y el día estaba para acabar con ella. Toda la noche lloviendo y la mañana sin pinta de cambio. Por una vez, Josean me anima a salir y seguir con la ruta del club. Cargamos el remolque y la furgo de Maxi y rumbo a Tosos. En Cariñena, se une Josemí, sumando una buena tropa para el día que se ha levantado.
La ruta comienza rumbo a la presa y las suaves temperaturas nos alegran el cuerpo en la duras rampas tras la presa. El pantano esta a tope al igual que la Tranquera que vi el domingo pasado.
En los llanos de Herrera de los Navarros ya empezamos a embarrarnos y eso sería el anticipo de lo que vendría después.
Antes, el crecido Huerva nos hizo descalzarnos y es que no era cuestión el mojarse las zapatillas con un buen rato por delante.
Cuando todo iba de lujo, y eso le comentaba a Josean, llego el barro...
Imposible avanzar y bici al hombro para abandonar el cauce del Huerva en dirección a Aladrén. Para algunos era la primera vez que se encontraban en una situación así y temimos tener que abandonar la ruta y llamar a Mariano para un posible rescate. Después de todo, no fue más que un kilómetro con una bici de 18 kgs a la espalda y los pies hundidos en la arcilla...
Camino del Santo la cosa mejoró y en la pantalla del GPS una senda surgía entre las cosocojas. Como no podía ser de otra manera en el BTT Algairén la senda fue la opción elegida por mayoría absoluta. Lo que no sabíamos era que esas coscojas nos iban a abrasar las piernas a los que optábamos por ir de corto.
Senda para el olvido y ya estábamos en las ruinas del Santo. Un antiguo convento en ruinas que se halla en la cola del pantano junto a los estrechos desfiladeros del Huerva.
La hora no permite paradas de almuerzo y no perdemos ni cinco minutos para comenzar la subida a los llanos de Santa Bárbara. En plena subida la patilla de la KTM de Josemí dice adiós y demuestra que no sólo se rompen patillas en las sendas de pedrolos.
Reparación y barrizal para algunos y menos para otros. Cuestión de ruedas y picaresca en los charcos.
El descenso al pantano nos pone la directa hacia los coches y es que el nubarrón que asoma por la Virgen de Herrera no invita a contemplar las buenas vistas al pantano.
Dicho y hecho, al llegar al pueblo nuestro querido Maldonado no falla y comienza la tromba de agua.
Hasta la siguiente salida mensual, ¿a quien le toca?
Nocito - Bara - Fenales