El mes de mayo ha finalizado con dos grandes quedadas del sello Vieja Tronca: Ainsa y Calatayud. Dos zonas muy opuestas pero con un denominador común, disfrutar verdaderamente de la bici de montaña. El concepto de la Vieja Tronca es completamente diferente, y para saberlo solo hay que vivir una quedada para engancharse por completo. Rutas en enclaves acojonantes, “autóctonos” enseñando lo mejor de sus zonas, organización impecable y altruista, y sendas, kilómetros de senderos devorados por nuestras bicis para acabar en auténticas fiestas gastronómicas.
La quedada de Ainsa sabíamos que iba a ser especial, primero por su ubicación y segundo por sus organizadores. Nada menos que 2.000 metros de desnivel en apenas 60 kms, dando la vuelta por completo al pantano de Mediano a través de sendas a cada cual mas perfecta. Rodar por un suelo fósil en el Sarrastaño, bajar La Partara con Ainsa y su Peña Montañesa al fondo, es todo un placer que roza la perfección.
La quedada de Ainsa sabíamos que iba a ser especial, primero por su ubicación y segundo por sus organizadores. Nada menos que 2.000 metros de desnivel en apenas 60 kms, dando la vuelta por completo al pantano de Mediano a través de sendas a cada cual mas perfecta. Rodar por un suelo fósil en el Sarrastaño, bajar La Partara con Ainsa y su Peña Montañesa al fondo, es todo un placer que roza la perfección.
El suelo cubierto de fósiles de Numulites
Bajando al Pantano de Mediano
Ainsa y la Peña Montañesa desde Partara
Jorge a lomos de su Ramson
La segunda cita se producía en la vecina Sierra de Armantes, una quedada que tiene nombre, El Maratón de los Barrancos, y ya van cinco años superándose año tras año. Esta quedada no deja de sorprender a todo aquel que se incorpora por primera vez, y es que es salir de Calatayud, y adentrarse en Armantes para sentir que uno se ha desplazado miles de kilómetros y que esas sendas enrevesadas entre barrancos y farallones de arcilla no solo existen en el desierto de Utah. Un lujo tener a los amigos del Btt Calatayud para enseñarnos tanto y buen sendero.
Los farallones de arcilla vistos desde el mirador de Castillejos
Mayo, el mes de las quedadas